IMAGEN - MARÍA DEL CARMEN GARCÍA RAMÍREZ

  

SOCIEDAD, PROGRESO Y EDUCACIÓN


    En esta imagen se observa principalmente un nuevo modelo educativo, que surgió a raíz de la revolución industrial en la Europa del siglo XIX. Urgía formar a quienes serían los frutos operadores de la proliferación de fábricas en la ciudad. Este puesto requería: disciplina, concentración en tareas repetitivas, cumplir con los horarios, etc.
    
    Posteriormente, la escuela está comprendida a servir al desarrollo económico y ha encontrado formas efectivas de crear:

    Un trabajador obediente: En las aulas del siglo XIX era muy común el castigo. Establece pautas para las relaciones de enseñanza verticales, unidireccionales, exigentes... El maestro es el dueño del conocimiento, y este se difunde en el discurso de apertura. Aparte de responder preguntas que cuestionan sus habilidades o esfuerzos, el alumno tiene poco que decir.

    Un trabajador infalible: En el mundo industrializado y en las escuelas del siglo XIX, los errores se pagaban caros en la industria. Por lo tanto, los alumnos no debían crear nada, solo reproducir el conocimiento ya previo.

    Un trabajador adaptado: La escuela imitó el horario de la fábrica, que termina con el tiempo que suena la sirena. También se fue aprendiendo a trabajar individualmente a pesar de estar rodeado de más personas.

    Con respecto a la actualidad, el mundo de la Europa industrial tiene poco que ver con el de hoy en día. Sin embargo, en muchos contextos pedagógicos se sigue usando aspectos de la escuela del siglo XIX.


Cita APA: Sánchez, E. (martes 9 de enero, 2018). Educación del siglo XIX en el XXI. Pedagogía 350.
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